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Los refranes y los dichos

Si crees que los refranes son exclusivos del riquísimo idioma español, te equivocas; estas curiosas expresiones existen en todos los idiomas y están más conectadas entre ellas de lo que crees.

¿Alguna vez te ha pasado que estás leyendo o escuchando algo en un idioma que crees conocer muy bien y de repente dicen una frase fuera de contexto que parece no tener sentido? Es probable que te hayas encontrado con un refrán, esas frases que suelen usarse con jocosidad para representar una situación y que pueden dejar rascándose la cabeza a más de una persona que intenta comprender algo en un idioma ajeno al propio.

Todos usamos en nuestro día a día los refranes y, como hacen parte de nuestra lengua materna y el lugar en el que crecimos, es muy fácil para nosotros entender de forma automática su connotación por más extraña que sea la frase en el contexto en que se dice.

El problema de traducir desde la literalidad un refrán

Para simplificarlo digamos que estamos contando la historia de una persona que ha perdido una oportunidad laboral importante por posponer el envío de su hoja de vida hasta que la fecha límite lo terminó alcanzando, fácilmente alguien podría decir que esa persona ‘se durmió en los laureles’ y todos podríamos entender y estar de acuerdo con esa acotación; pero ahora imagínate esa misma historia con un extranjero como contertulio; seguramente el pobre quedará bastante perdido con este comentario, preguntándose en qué momento empezamos a hablar de árboles o si es posible que el sujeto en cuestión haya perdido el empleo porque se perdió en un bosque.

Los refranes y los dichos

Lo mismo nos podría pasar a nosotros en otros países. Digamos en este caso que estamos presenciando una pelea en el que una persona acusa a la otra de ser un irracional y, de repente, la otra suelta: ‘it takes one to know one!’ ¿Qué podría significar esa respuesta tan abstracta en apariencia? Pues lo mismo que significaría para nosotros decir ‘un burro hablando de orejas’ o ‘el ladrón juzga por su condición’ y es con este tipo de ejemplos que nos damos cuenta de que los refranes, por más extraños que suenen al principio, pueden ser más familiares que muchos otros aspectos de un idioma extranjero.

En realidad, muchos de los refranes que se usan en otros idiomas se pueden traducir con otro refrán, que podría usar palabras completamente diferentes, pero que viene con un significado muy parecido. Por ejemplo, las expresiones ‘mala hierba nunca muere’ y ‘a bad penny always comes back’ se traducen de forma literal en formas muy distintas, ya que el primero en inglés sería ‘bad grass never dies’ y el segundo en español sería ‘una mala moneda siempre vuelve’ y, aun así, el significado es el mismo para quienes las conocen: una persona destructiva o dañina suele ser un problema imposible de eliminar.

El caso contrario también es posible como cuando decimos ‘escoba nueva siempre barre bien’ que en inglés se dice ‘a new broom sweeps clean’, que aunque no se traducen de forma literal, dan a entender un mismo mensaje con un juego de palabras muy similar.

También existen, por supuesto, refranes en algunos idiomas que no tienen símil en nuestro idioma (ni en otros); por ejemplo, el decir francés ‘autre temps, autres mœurs’, que traduce ‘otros tiempos, otras formas’, en español no tiene un refrán que lo reemplace, aunque su significado sea bastante explícito y con él podamos entender que quien lo dice está hablando de que las formas de hacer las cosas cambian con los tiempos en los que son hechas; en el caso del inglés podríamos hablar de ‘an apple a day keeps the doctor away’, que también es bastante directa: ‘una manzana al día, mantiene al doctor alejado’, una clara referencia a la buena alimentación para mantener una buena salud.

Ciertamente los refranes pueden convertirse en una piedrita en el zapato si estás empezando a aprender un nuevo idioma, pero aprenderlos es solo parte del proceso y seguramente va a ser una oportunidad para compartir una buena carcajada con quien te los explique por primera vez después del sinsentido que puedan parecer tener al principio.

Ahora los dichos

Como si no fuera poco, el tener que enfrentarse al universo de abstracciones y connotaciones que conllevan los refranes es solo una parte del asunto, porque después tenemos las expresiones o decires de nuestro idioma y los demás idiomas que operan de forma similar, pero no tan extensa.

Empecemos con los ejemplos: cuando un hispanohablante no soporta más una situación que lo agobia dice que ‘está hasta la coronilla’, un anglosajón dirá que está ‘fed up with’, que literalmente en español significa estar ‘harto de’ que también funciona, aunque sin tanto énfasis y sin esa chispa de originalidad que tiene la primera expresión.

Para los italianos ‘andare K.O.’ es la mejor forma de decir que están rendidos del cansancio o ‘noqueados’, el cual es un anglicanismo que, como muchos otros, fueron adaptados al español, y se hicieron tan comunes que terminaron siendo palabras aceptadas y oficializadas por las autoridades léxicas y gramaticales de nuestra lengua materna.

La identidad y la gracia de los refranes y los dichos

A pesar de que no son descripciones literales de lo que se vive o se reconoce en un entorno, los refranes son parte vital de las lenguas y la forma en que un grupo de personas se comunica. Intentar dejarlos de lado al momento de aprender un idioma no solo es un despropósito, sino un verdadero desperdicio de originalidad y, ¿por qué no?, de prácticas, lecciones y hábitos de vida, como bien lo expresan: ‘al que madruga dios le ayuda’ o ‘al que buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija´.

También hay muchos refranes que nos han hecho sonreír ante lo absurdos y a la vez precisos que pueden llegar a ser, como aquel que dice que ’a cada cerdo le llega su San Martín’ (o su diciembre, como se diría en algunos países de Latinoamérica), como quien dice que a cada persona le va a llegar su momento de rendir cuentas, o de pasar por algo que no quiere pasar; o la de ‘dios le da pan al que no tiene dientes’, que se usa de forma irónica y jocosa cuando el destino le da oportunidades o privilegios a las personas que no están dispuestas a tomarlas o disfrutarlos.

Así que, ¡a tomar el toro por los cuernos!

De que vas a pasar más de un chascarrillo tratando de aprenderlos, ¡seguro que sí!, pero ‘chin up!’ o, mejor dicho, pon la frente en alto’, que entre más refranes y expresiones aprendas, más vas a conocer de una cultura diferente y va a ser más entretenido conversar con personas que hacen parte de esa comunidad, ya que ellos van a sentirse más a gusto e identificados con lo que les dices y van a estar más dispuestos a compartir y abrirse contigo.

El truco está en preguntar, sin miedo y sin pena. Es posible que los libros y la música solo logren confundirte, así que no va a haber mejor solución que enfrentarse cara a cara con los usuarios de estos curiosos dichos y por ahí derecho compartir con ellos su equivalente aproximado en tu idioma nativo. Buscar refraneros (libros y textos que recopilan este tipo de frases) también puede ser bastante útil.

Moraleja

Ya sea que el refrán sea para darte un buen consejo o una mejor advertencia, éste debe tomarse como una forma de comunicación espontánea omnipresente en cada cultura e idioma del mundo; los refranes y dichos (en especial los más populares) son el reflejo de los valores, principios y perspectivas que tiene o ha tenido determinada cultura sobre el mundo, así que éstos no solo se convierten en frases cotidianas, sino en muestras de identidad de determinado pueblo, muestras de lo que los rodea, lo que les importa, lo que los motiva, lo que les preocupa y lo que los ha marcado.

Independientemente de si se pueden traducir de forma literal o no entre dos lenguas diferentes, o de si son o no un reto al momento de aprender un nuevo idioma, los refranes y los dichos son una muestra de la creatividad y la inteligencia humanas. No deja de ser admirable la capacidad que tiene el ser humano de relacionar eventos de la cotidianidad con situaciones completamente ajenas o abstractas.

Parte de la magia de conocer diferentes culturas no solo a través de su idioma, sino a través de su historia y sus costumbres, es reconocer que sentimos y vivimos de formas muy similares, pero aprendemos y vemos las cosas de formas muy diferentes y enriquecedoras al mismo tiempo, en especial en casos como este. Ver cómo se expresa una comunidad y sobre qué se expresa es descubrir que, a pesar de que somos completamente distintos, reaccionamos de formas muy similares a cosas tan diferentes como el sufrimiento y el humor, la vida y la muerte o el presente, el pasado y el futuro.